Adobe Photoshop Express

Desde hace más de diez años se juega con la idea de un futuro en el que podríamos valernos de ordenadores "tontos" para cualquier uso informático, es decir ordenadores a los que les bastaría una pantalla, un teclado, un ratón... y una conexión a Internet. Todo parte del supuesto de programas de uso online y amplios espacios de almacenamiento remoto. Ciertamente este concepto sigue siendo aún un proyecto de futuro, sin embargo, cada día son más los posibles usos informáticos a través del navegador y mediante aplicaciones en web, a la vez que los medios para el almacenamiento remoto de archivos. Photoshop Express significa un paso adelante en dicha dirección, si bien, como veremos, sin dar todo lo que en principio podríamos suponer viniendo del tan prestigioso producto de retoque fotográfico como Adobe Photoshop.
Para poder hacer uso del mismo es necesario hacer un registro gratuito. Una vez activado el mismo, nos ceden 2 Gb para el almacenamiento de imágenes mediante un sistema de directorios organizables por álbumes, en el que podremos guardar nuestros trabajos, y desde los que podremos rescatarlos para su modificación desde la aplicación Photoshop Express.
Si lo anterior posee ventajas indiscutibles, las limitaciones las encontramos en la edición de las imágenes. Claro está que no puede esperarse la sofisticación del producto original de Adobe, que permite mecanismos para el retoque que prácticamente solo encuentran límite en los del propio usuario; pero considerando su posible uso docente y entendiendo que podríamos valernos de Photoshop Express para dar acabado a ilustraciones para insertarlas en hojas de texto, presentaciones de diapositivas y webs o blogs fundamentalmente, se encuentran importantes deficiencias en las herramientas de edición. Aunque se aprecia la facilidad de uso y su impecable interfaz gráfica, se echan de menos herramientas tan básicas como la que permite el cambio de tamaño del objeto, la selección sobre la imagen, el relleno o la inserción de texto. Tampoco puede abrirse una imagen en blanco para pegar sobre ella una imagen copiada en el portapapeles... de este modo, si pretendemos trabajar sobre imágenes en un ordenador ajeno que carece de software específico, más nos valdrá utilizar el Paint de Windows, el Gimp de Guadalinex, o el iPhoto de Macintosh, programas que cargan los anteriores sistemas operativos, en los que encontraremos opciones de edición más valiosas para nuestro trabajo. En todo caso, no debe dejar de apreciarse el valor del almacenamiento gratuito y el paso dado a favor del empleo de programas en la web.