domingo, 28 de octubre de 2018

Línea de tiempo con Knight Lab para orientar a la planificación del estudio.

Como otros años por estas fechas, estoy recibiendo llamadas de alumnos que se atoran en la primera tarea, no sabiendo cómo conjugar tareas y contenidos. Unos se pierden en contenidos cuya proyección práctica desconocen, otro se embarcan en tareas antes de adquirir los conocimientos y las destrezas suficientes. En unos casos y en otros, ven correr los días en el calendario y se desesperan pensando que se quedan sin tiempo para cumplir con los plazos.
Uno de los grandes retos del profesorado en la enseñanza a distancia es orientar adecuadamente en favor del autoaprendizaje. Siendo este espontáneo en muchos ámbitos de nuestra existencia, no resulta intuitivo en el ámbito de la enseñanza formal, regido por criterios curriculares de evaluación y calendarios establecidos. Como los exámenes, las fechas límite suelen suponer un motivo de preocupación y conducir a planificaciones erradas. Con el temor al fracaso como telón de fondo, muchos alumnos dividen el calendario en días para acometer tareas y disocian su ejecución del estudio de los contenidos. En algunos casos, dividiendo los meses por materias y rellenando tareas mediante procesos automatizados de recolocación de información, sin confianza en su funcionalidad, viendo en ellas no más que una carga que les roba tiempo de estudio.  
Si recordar las fechas de entrega es necesario, una planificación limitada exclusivamente a ellas puede favorecer una dinámica de trabajo centrada en resultados, convirtiéndose en un sistema estresante que produce impotencia y frustración a los alumnos más inseguros o a los que necesitan más tiempo para situarse y enfocar bien su trabajo. Sin embargo, pienso que unas orientaciones basadas en el desglose de cometidos sencillos y periodos abarcables de dedicación, pueden resultar estimulantes y proporcionar seguridad.  
He observado en numerosas ocasiones que el alumno que requiere consejo responde con mucho más satisfacción a propuestas detalladas y supervisadas que a otras de carácter general. 
Así, si el caso lo requiere, en vez de una orientación general, es preferible ofrecer otra personalizada: 

  • Empieza por el cuestionario y, a continuación, realiza las tareas en orden, consultando los contenidos correspondientes. Sigue las fechas recomendadas en el aula. 
  • Te propongo que mires las instrucciones de la primera tarea y trates de hacer un resumen personalizado de su tema. Anota las dudas y volvemos a hablar este lunes para que me digas qué has pensado sobre la tarea.

Mi experiencia es que el alumno interesado asimila con rapidez un esquema de planificación racional y mejora su autonomía, adaptando a su propio estilo y circunstancias las ventajas de un estudio planificado por criterios de racionalidad y no de urgencias y plazos de entrega. En cualquier caso, no se trata de hacerse cargo de decisiones que corresponden en última instancia al alumno, sino de apoyarlo inicialmente para que se sienta competente, perciba el alcance de sus capacidades cuando el enfoque de trabajo es correcto y logre desarrollar por cuenta propia sus propias estrategias de aprendizaje. 
He intentado proporcionar un modelo de planificación pensada fundamentalmente para aquellos alumnos que aún no han entregado nada, unos por inactividad y otros por falta de seguridad, pero buscando también la realización de un material de repaso útil para los más avanzados. 
Pretendo ofrecer un esquema cómodo y holgado en el tiempo, no abusivo, que permita combinar el estudio de la Filosofía con el resto de las materias, tal como se aconseja para el estímulo de los procesos cognitivos. He empleado para ello la línea del tiempo de Knight Lab, una herramienta utilizada en el IEDA por los profesores de FP, que entiendo que tiene múltiples posibilidades en el entorno de las enseñanzas a distancia. Así, por ejemplo, la secuenciación temporal de consejos o recursos audiovisuales.