domingo, 21 de mayo de 2023

Moodle: configurar el calificador para una evaluación criterial

En el primer video explico cómo configurar el calificador Moodle siguiendo una distribución clásica, basada en los contenidos del curso y diferenciando, a lo largo del mismo, una serie de instrumentos de evaluación. Parto de una estructura de planificación consistente en prácticas de aprendizaje progresivo de ejercicios (enfocados en la clarificación conceptual y la adquisición de destrezas procedimentales o conocimientos básicos), actividades (situaciones de aprendizaje más contextualizadas y definidas, que implican la aplicación de conocimientos a contextos más significativos) y tareas (proyectos o trabajos más extensos y completos que requieren la aplicación de múltiples habilidades y conocimientos). Dentro de las herramientas que ofrece Moodle, estos tres tipos de prácticas se pueden realizar empleando los múltiples formatos de actividad que permite la plataforma: cuestionarios, entrega de tareas, participación en foros, wikis, glosarios, etc., y asignando a cada elemento un peso proporcional de acuerdo con nuestro diseño de la materia. Pero se parte del supuesto de que los criterios de evaluación se miden a lo largo del curso de un modo progresivo a la par que se suceden los contenidos, contando todos ellos por igual en un curso dividido en momentos de evaluación, ponderando por ítems (ejercicio, actividad, tarea, examen, etc.) de acuerdo con  su complejidad y el nivel competencial que requiere su elaboración. 

El esquema puede ser útil en distintos contextos como, por ejemplo, en cursos en línea, pero no permite un empleo ágil para la plasmación de los resultados en un marco de evaluación criterial, de acuerdo con las exigencias de la LOMLOE, que se centra en la valoración de logros de aprendizaje y se organiza mediante competencias específicas para cada materia que, a su vez, se desglosan cada una de ellas en diferentes criterios de evaluación. El resultado final de cada alumno o alumna ha de ser el resultado ponderado de dichos criterios asociados a las competencias, algunas de ellas trabajadas en clase de un modo más puntual y otras más transversal. Los diversos ítems de evaluación pueden estar, además, más o menos vinculados a una u otra competencia y, por lo tanto, es preciso además reflejar de modo ponderado cuánto vale cada uno de ellos en cada competencia o criterio de evaluación particular. Se trata de un proceso que se puede hacer muy complejo en términos matemáticos si lo hacemos manualmente, pero que podemos simplificar en gran medida convirtiendo nuestro calificador en una hoja de cálculo que podemos organizar de un modo mucho más sencillo de lo que parece.

Con el segundo vídeo pretendo facilitar la tarea de adaptación del calificador al modelo criterial, de manera que el proceso se pueda sistematizar racionalmente, asignando a cada ítem de evaluación su peso correspondiente respecto a cada competencia o criterio y que, finalmente, el profesor cuente dossier de calificaciones detallado, preciso y ajustado a la normativa.